Nuestras creencias: “Pecado, salvación, servicio”

 

PECADO

Creemos que como resultado de la caída, cada ser humano tiene una naturaleza pecaminosa y no está a la altura.

Dios tiene un problema conmigo porque no estoy a la altura de su modelo perfecto. Aunque Dios creó a los seres humanos buenos y a su imagen, yo he quebrantado la ley en repetidas ocasiones, cometiendo delitos contra Él y contra otros con mis pensamientos, palabras y acciones. Tengo una tendencia natural a odiar a Dios y a mi prójimo.

Creemos que Dios es justo y recto. Esto tiene como consecuencia mi castigo, es decir, la muerte.

Dios es justo y perfecto. Mi pecado es una barrera para Su abrazo. Dios es justo y debe castigar cada pecado que he cometido o cometeré. El castigo es la muerte, el castigo eterno del cuerpo y del alma.

Creemos que las buenas obras no funcionan.

No hay nada que pueda hacer para ser aceptable a Dios, por mucho que lo intente o por muy religiosa que me vuelva. En realidad, mi culpa aumenta cada día.

 

SALVACIÓN

Creemos que Dios es amoroso y misericordioso, por eso proporcionó un sustituto.

En su amor, Dios proveyó un sustituto, alguien que tomara el castigo por mí. Ninguna otra criatura podría realizar esta obra, por eso Dios Padre envió a Dios Hijo para que fuera este sustituto.

Creemos que Jesús es el sustituto perfecto.

1. Verdaderamente humano y verdaderamente justo: Jesús fue plenamente humano y vivió una vida sin pecado. La naturaleza humana, que ha pecado, debe pagar por su pecado. Un pecador nunca podría pagar por otro pecador.
2. Dios verdadero: Sólo por el poder de su divinidad pudo Cristo soportar el peso de la ira de Dios.

Creemos que Cristo murió y resucitó.

Dios puso mis pecados sobre Jesús y lo castigó en mi lugar en la cruz. Jesús murió y fue sepultado. Al tercer día resucitó de entre los muertos, lo que demuestra que mis dos enemigos, el pecado y la muerte, han sido completamente vencidos. Esto garantiza mi gloriosa resurrección.

 

SERVICIO

Creemos que Jesús nos invita a una nueva vida a través del arrepentimiento y la conversión.

Jesús ofrece el perdón de los pecados y el don de la vida eterna a quienes, por obra del Espíritu y con verdadera fe, confían en Él. Jesús los salva del pecado y de la condenación eterna para una nueva vida vivida con Él y para Él.

Creemos que somos salvos para hacer buenas obras.

Cristo por Su Espíritu me está renovando para ser como Él para que:
a. Con mi vida demuestro que estoy agradecido a Dios y lo alabo.
b. Por las buenas obras estoy seguro de mi fe por sus frutos.
c. Otros pueden ser ganados para Cristo.